Leyendas de España: historias que te pondrán los pelos de punta

España está llena de lugares con historia, magia y misterio. Hoy te traigo tres leyendas que vienen de distintas regiones, cada una con su toque especial. Prepárate para conocer al Lagarto de Jaén, a Doña Blanca en Albarracín, y al Hombre Pez de Cantabria. Historias que aún se cuentan en sus pueblos y que te van a enganchar.

El Lagarto de la Malena (Jaén): la bestia que tenía a todo el barrio patas arriba

Hace siglos, Jaén era tierra feliz, hasta que apareció una bestia que parecía salida de una pesadilla. Grande como una montaña, fea como mala noticia y hambrienta como un ejército de leones, el Lagarto de la Malena se dedicaba a merendar doncellas y algún que otro hortelano despistado en el manantial del Raudal.

Al principio, la bestia sólo devoraba alguien de vez en cuando, pero con el tiempo se hizo tan voraz que pedía una doncella diaria y, de paso, un desayuno de caballeros trasnochados. La cosa se puso tan fea que nadie se atrevía a acercarse a su guarida, y el barrio de La Malena vivía aterrorizado.

Pero como en toda buena historia, llegó un valiente preso dispuesto a jugársela por su libertad. Su plan era simple: engañar al lagarto con un cordero muerto que oliera bien, un rastro de pan caliente y un poco de pólvora para rematar la faena. Montó todo al amanecer, dejó la trampa lista y atrajo a la bestia desde su cueva hasta la Plaza de San Ildefonso. El final, claro, fue digno de película, y el barrio volvió a respirar tranquilo.

Doña Blanca y la magia de Albarracín (Teruel)

Dicen que en Albarracín no solo se respira historia, también se siente. En cada piedra, en cada sombra que proyectan sus murallas, parece quedar el eco de algo que fue y ya no es. Y entre todas las historias que envuelven al pueblo, una sobresale por su belleza y misterio: la leyenda de Doña Blanca, princesa de Aragón.

Doña Blanca no era una princesa cualquiera. Su belleza era tan deslumbrante que incluso la esposa de su propio hermano, heredero al trono de Aragón, la veía como una amenaza. Todos los ojos se posaban en ella, y eso encendía los celos de la reina. Cuando su hermano subió al trono, Blanca quedó junto a su madre en la corte, pero la tensión era insostenible. Los nobles más cercanos le aconsejaron huir a Castilla, alejarse del foco de la envidia. Así lo hizo, escoltada por su pequeña corte.

En el camino, hicieron una parada en Albarracín, señorío de la poderosa familia Azagra. El pueblo la recibió como a una reina y ella se alojó en una de las torres al sur del recinto amurallado. Pero lo que iba a ser una breve escala se convirtió en un misterio sin resolver. Los días pasaron, y cuando la comitiva retomó el viaje de regreso a Aragón, Doña Blanca no iba con ellos.

Nadie supo qué pasó. Se rumoreó que murió de melancolía, prisionera en la torre. Otros decían que fue silenciada por motivos políticos. Lo cierto es que nunca volvió a saberse de ella, y los habitantes de Albarracín creyeron que su cuerpo fue enterrado en secreto dentro de las murallas.

Desde entonces, cada noche de luna llena en verano, cuando las campanas de la iglesia de Santa María suenan a medianoche, muchos aseguran ver una figura vestida de blanco que baja desde la torre hasta el río Guadalaviar. Una silueta silenciosa, delicada, que se detiene junto al agua como si aún esperase una libertad que nunca llegó.

-Es Doña Blanca-, dicen. Y tal vez no se ha ido nunca.

El Hombre Pez de Liérganes (Cantabria): la historia de un hombre que no era del todo humano

En Cantabria, en el pueblo de Liérganes, tienen una leyenda que parece sacada de un cuento de ciencia ficción. Francisco de la Vega, un joven nadador excepcional, desapareció en el río Miera una noche de San Juan y fue dado por ahogado. Pero años después, unos pescadores lo encontraron en la bahía de Cádiz con una apariencia extraña: tenía escamas, membranas entre los dedos y se movía como pez.

Lo llevaron a un convento, y luego a su casa, donde su madre lo reconoció. Francisco vivió unos años más en Liérganes, pero finalmente volvió a desaparecer en el mar, dejando detrás un misterio que todavía atrae a curiosos y viajeros.

Hoy, la leyenda del Hombre Pez es uno de los mayores atractivos turísticos de la región. Cada año, en Liérganes, celebran su historia con fiestas y actividades para mantener viva la magia de este hombre que fue más pez que humano.

¿Te han gustado estas historias? España es un país con mil leyendas y secretos, y estas son solo la punta del iceberg.