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Autor: José Javier Montero

Romance de Gerineldo

Levantóse Gerineldoque al rey dejara dormido,fuese para la infantadonde estaba en el castillo. -Abráisme, dijo, señora,abráisme, cuerpo garrido. -¿Quién sois vos, el caballero,que llamáis a mi postigo?-Gerineldo soy, señora,vuestro tan querido amigo. Tomárala por la mano,en un lecho la ha metido,y besando y abrazandoGerineldo se ha dormido. Recordado había el reyde un sueño despavorido;tres veces lo había llamado,ninguna le ha respondido. -Gerineldo, Gerineldo,mi camarero pulido,si me andas en traición,trátasme como a enemigo. O dormías con la infantao me has vendido el castillo. Tomó la espada en la mano,en gran saña va encendido,fuérase para la camadonde a Gerineldo vido. Él quisiéralo matar,mas criole de chiquito. Sacara luego la espada,entre entrambos la ha metido,porque desque recordaseviese cómo era sentido. Recordado había la infantay la espada ha conocido. -Recordaos, Gerineldo,que ya érades sentido,que la espada de mi padreyo me la he bien...

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Romance de la gentil dama y el rústico pastor

Estase la gentil damapaseando en su vergel,los pies tenía descalzos,que era maravilla ver;desde lejos me llamara,no le quise responder. Respondile con gran saña:-¿Qué mandáis, gentil mujer?Con una voz amorosacomenzó de responder:-Ven acá, el pastorcico,si quieres tomar placer;siesta es del mediodía,que ya es hora de comer,si querrás tomar posadatodo es a tu placer. -Que no era tiempo, señora,que me haya de detener,que tengo mujer y hijos,y casa de mantener,y mi ganado en la sierra,que se me iba a perder,y aquellos que me lo guardanno tenían qué comer. -Vete con Dios, pastorcillo,no te sabes entender,hermosuras de mi cuerpoyo te las hiciera ver:delgadica en la cintura,blanca soy como el papel,la color tengo mezcladacomo rosa en el rosel,el cuello tengo de garza,los ojos de un esparver,las teticas agudicas,que el brial quieren romper,pues lo que tengo encubiertomaravilla es de lo ver. -Ni aunque más tengáis, señora,no me puedo...

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Don Gaiferos

-Vámonos, dijo, mi tío,en París, esa ciudade,en figura de romeros,no nos conozca Galvane,que si Galván nos conocemandaría nos matar. Encima ropas de sedavistamos las de sayale,llevemos nuestras espadas,por más seguros andare,llevemos sendos bordones,por la gente asegurare. Ya se parten los romeros,ya se parten, ya se vane,de noche por los caminos,de día por los jarales. Andando por sus jornadasa París llegado hane;las puertas hallan cerradas,no hallan por dónde entrare. Siete vueltas la rodeanpor ver si podrán entrare,y al cabo de las ocho,un postigo van a hallare. Ellos que se vieron dentroempiezan a demandare:no preguntan por mesón,ni menos por hospitale,preguntan por los palaciosdonde la condesa estáe;y a las puertas del palacioallí van a demandare. Vieron estar la condesay empezaron de hablare:-Dios te salve, la condesa.-Los romeros, bien vengades.-Mandedes nos dar limosnapor honor de caridade. -Con Dios vades, los romeros,que no os puedo nada dare,que el conde me había mandadoa romeros no albergare. -Dadnos limosna, señora,que el conde no lo sabrae,así la den a Gaiferosen la tierra donde estáe. Así como oyó Gaiferos,comenzó de sospirare;mandábales dar del vinomandábales dar del pane. Ellos en aquesto estando,el conde llegado hae:-¿Qué es aquesto, la condesa?aquesto, ¿qué puede estare?¿no os tenía yo mandadoa romeros no albergare?Dijo y alzara su manopuñada le fuera a dare,que sus dientes menudicosen tierra los fuera a echare. Allí hablaran los romerosy empezáronle de hablare:-¡Por hacer bien la condesacierto no merece male!-Calledes...

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Romance de la monja

Mi madre me metió a monjapor reservarse mi dote.Me cogieron entre cuatro,me metieron en un coche,me pasearon por pueblosy a una y a dos a dosme iba yo despidiendode las amigas que tengo.Me apararon en una puerta,me metieron para adentro, me quitaron gargantilla,las alhajas de mi cuerpo,pero yo no siento másque me cortaron el peloy en una fuente de oroa mi padre se lo dieron.Me vistieron de picotey en alta voz gritan todas:¡pobre inocente! VOZ: El...

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Romance de Gerineldo

Gerineldo, Gerineldo,¿dónde vienes tan triste y descolorido?.Gran señor, qué quiere usted que traiga,que la fragancia de una rosami color se la ha comío.Que por mañana a estas horasseréis esposa y marío. Tengo juramento hechoque con la Virgen de la Estrella,que mujer no haya sido mi damade no casarme con ella. VOZ: El...

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