Seleccionar página

MÚSICA TRADICIONAL Articles

Del caparazón al hueso: los instrumentos ancestrales que dieron ritmo a la historia

¿Sabías que hace miles de años, en Mesoamérica, no necesitaban de guitarras eléctricas ni baterías electrónicas? Porque tenían el ayotl. Y no, no era el nombre de una banda de rock, era un instrumento hecho con el caparazón de una tortuga. Los mayas y aztecas lo golpeaban con astas de venado o palos de madera durante ceremonias religiosas y danzas. Y no estamos hablando de una percusión cualquiera. Cada golpe, cada vibración, representaba la tierra, el sol y el alma de la tortuga. Imagina la fuerza de ese sonido resonando en las alturas. Una auténtica lección de música ancestral, no para tomársela a la ligera. En la Antigua Grecia, no te vayas a creer que Hermes solo era el dios de los mensajeros. Este tipo también inventó la chelys, una lira hecha con el caparazón de una tortuga. Y no, no le pidió permiso a los animales para usarlo. El caparazón se convertía en la caja de resonancia de la lira. Lo que comenzó como una simple invención de un dios, se transformó en una tradición que daba voz a mitos y canciones de todo un pueblo. Porque en aquellos tiempos, la música no era solo para entretener, era la conexión entre el ser humano y los dioses. Y sí, todo esto lo hacían con el caparazón de una tortuga. Y si piensas que eso es lo más antiguo, déjame hablarte de las flautas de hueso de grulla. Fueron descubiertas en Jiahu, China, y datan del 7000 a.C. No, no es un error de fecha. ¡Hace más de 9,000 años! Estas flautas fueron uno de los primeros instrumentos musicales...

¿Sabías que algunos insectos inspiraron instrumentos de percusión?

Sí, has leído bien: bichos que suenan. Literalmente. En algunas culturas prehispánicas de América, ciertos escarabajos no solo caminaban o volaban: también hacían ruido. Y no uno cualquiera, no. Uno que parecía salido de un instrumento musical. ¿Y sabes qué pasó? Que los humanos tomaron nota. Y donde otros veían insectos molestos, ellos vieron ritmo. Estos escarabajos frotaban partes de su cuerpo produciendo sonidos parecidos a los de un güiro o unas maracas. Nada de baterías, ni tambores. Naturaleza en modo DJ. No, no los metían en una calabaza ni los sacudían como a unas maracas modernas. Pero su chillido seco y rítmico fue inspiración pura para crear instrumentos de percusión. Las maracas tradicionales, por cierto, se hacen con frutos secos como el totumo, rellenos de semillas o piedritas. Pero ahí está el dato curioso: ese soniquete viene de siglos de observar el entorno, hasta en lo más pequeño. Hasta en lo que se arrastra. Y es que la música no nace en estudios de grabación. A veces nace debajo de una...
¿Sabías que algunos insectos inspiraron instrumentos de percusión?

¿Sabías que algunos insectos inspiraron instrumentos de percusión?

Sí, has leído bien: bichos que suenan. Literalmente. En algunas culturas prehispánicas de América, ciertos escarabajos no solo caminaban o volaban: también hacían ruido. Y no uno cualquiera, no. Uno que parecía salido de un instrumento musical. ¿Y sabes qué pasó? Que los humanos tomaron nota. Y donde otros veían insectos molestos, ellos vieron ritmo. Estos escarabajos frotaban partes de su cuerpo produciendo sonidos parecidos a los de un güiro o unas maracas. Nada de baterías, ni tambores. Naturaleza en modo DJ. No, no los metían en una calabaza ni los sacudían como a unas maracas modernas. Pero su chillido seco y rítmico fue inspiración pura para crear instrumentos de percusión. Las maracas tradicionales, por cierto, se hacen con...

es_ESEspañol