

¿Sabías que algunos insectos inspiraron instrumentos de percusión?
Sí, has leído bien: bichos que suenan. Literalmente. En algunas culturas prehispánicas de América, ciertos escarabajos no solo caminaban o volaban: también hacían ruido. Y no uno cualquiera, no. Uno que parecía salido de un instrumento musical. ¿Y sabes qué pasó? Que los humanos tomaron nota. Y donde otros veían insectos molestos, ellos vieron ritmo. Estos escarabajos frotaban partes de su cuerpo produciendo sonidos parecidos a los de un güiro o unas maracas. Nada de baterías, ni tambores. Naturaleza en modo DJ. No, no los metían en una calabaza ni los sacudían como a unas maracas modernas. Pero su chillido seco y rítmico fue inspiración pura para crear instrumentos de percusión. Las maracas tradicionales, por cierto, se hacen con...